Historia de Elika

-Cuenta en el servidor: Nasito
-Nombre: Elika
-Sexo: Mujer
-Raza: Humana
-Alineamiento: Legal Maligna
-Deidad: Io
-Clases: Hechicera
-Edad: 28
 


-Mamá, ¿por qué vivimos aquí apartados del resto?

Siempre recuerdo esta pregunta como una de las primeras que hice, además reiteradamente, mientras vivíamos a las afueras de Mercantil, sin contacto con nadie y apenas saliendo de casa, teniéndolo prohibido en los días y horas de bullicio.

La respuesta fue variando con el tiempo, al principio era porque el mundo es malévolo, aunque con el tiempo me enteré de que los que éramos malos con el mundo fuimos nosotros.

Tanto mi hermana como yo fuimos criados en las afueras de Ciudad Mercantil, en el Reino de Rhodesia, en una casita muy apartada del resto de la que apenas podíamos movernos, y sobre todo en las horas centrales del día y días de bullicio. Nos hemos criado llenas de prohibiciones, como establecer contacto con otras gentes y sobre todo marcharnos del campo de visión de Madre.

Madre siempre ha tenido unas características “curiosas”, como me gustaba decir de pequeña, tanto que a menudo me he preguntado si éramos realmente sus hijas: ella tenía unos ojos rayados (reptilianos), unas facciones ligeramente distintas a las de una persona normal, con unos colmillos mucho mas largos y unos dedos alargados con uñas imponentes. El resto de habitantes no solían ponerla buenos ojos.

Ella habitualmente nos entretenía contándonos historias antiguas, ya que le gustaba conocer el pasado y tenía muchos libros. Nos hablaba de los antiguos reinos de Genn, Svengard y Athoran, de su transformación en Rhodesia y Yecush, el antiguo poblado de Nebin, las montañas centrales de Pankaskala, drows, etc… Sobre todo acerca de sus batallas. No fue si no hasta que cumplimos los 18 cuando nos contó la verdad.





A mi hermana después le comentó que se dirigiera a Haavengard, donde hay diestros guerreros, y a mi me recomendó ir a Rhodesia, ya que además de conocimientos arcanos, allí podría enterarme de más acerca de la gran guerra y sus consecuencias, como bien sabe mi madre que me interesaba.


Mi hermana se fue al día siguiente, pero yo me quedé intentando explorar mi habilidad innata durante bastante tiempo, hasta que al final me decidí a irme.
Aún seguimos en contacto las 3 mediante cartas, aunque todavía no nos hemos visto las 3 juntas desde entonces. No tengo dudas de que algún día haremos algo grande, hoy comienza nuestra aventura.