Historia de Bero

Cuenta en el servidor: Crean
Nombre: Bero.
Sexo: Varón
Procedencia: Rhodesia.
Raza: Humano.
Deidad: Gond.
Idiomas: Común.
Clases: Guerrero y Maestro de armas
Edad: 18 años.

Altura: 1,82 metros.
Peso: 90 kilos.
Color de ojos: Negro.
Color de pelo: Negro.
Color de piel: Blanca.

HISTORIA

Bero nace en el seno de una familia sencilla en la casa familiar del Barrio de las Lanzas. Su madre es buena esposa y ama de casa y cuando hay recados cose arreglos para quien los necesita. Su padre es... se le podría considerar "de oficio cambiante", de joven fue aprendiz de varios oficios hasta que finalmente asentó un poco la cabeza y se dedicó durante unos años a transportar mercancías dentro de la propia Rhodesia, puerto y mercado requerían su mayor atención. Con el tiempo puso un puesto que lo cierto es que no rendía lo suficiente y finalmente lo vendió a Amanda, la chica de las flores, a ella no parece irle mal.

Con el tiempo se mudan de casa, se van a vivir junto a la sastrería, la gran casa del Barrio de las Lanzas se convierte en un apañado domicilio mas pequeño pero también mas barato, y con ese dinero extra este padre tan alocado está barruntando en qué negocio meterse.

Bero, el siempre fiel ayudante de su padre en todas sus tareas y menesteres, conoce a Thergan, un enano herrero con el que entabla una sencilla amistad. Thergan le dice que si le trae hierro y arcilla le fabricará unas espadas, al poco tiempo ya estaba el enano preparándolas.

Quizás ya sea hora de que comience a trabajar por su cuenta, así se lo dice a su padre quien está de acuerdo en que pruebe un oficio, el de herrero, además tampoco tiene ocupación para su hijo mientras medita en la taberna en que negocio embarcarse, esperemos que lo decida pronto pues a este paso se va a beber ese futuro negocio.

El trabajo de herrero es duro, es pesado conseguir los materiales, pero ahí encuentra Bero un quehacer sin que nadie le diga nada, él solo debe trabajar sin la ayuda y consejos de su padre, ciertamente Bero está contento, además gana ya algo de dinero vendiendo sus creaciones.


EL VIAJE A IMPERIA (con Munchkin)

Era un buen día, había coincidido con mi maestro Thergan y ya estábamos planeando un viaje en la búsqueda de nuevos metales, la dificultad de enfrentarse a los seres que habitan donde están las menas era el principal hilo de nuestra conversación, Thergan es un viajero metódico en la búsqueda de minerales y finalmente decidimos ir a una isla así que fuimos a Rhodesia a aprovisionarnos.

En Rhodesia coincidimos en la plaza Lizz, Khansoze, Thergan y yo, y antes de que pudiéramos hacer ningún preparativo un hombre enmascarado apareció, bien vestido y con buenos modales, fue muy directo en su ofrecimiento, necesitaba una escolta para un cargamento hasta Imperia.

Quizás el aburrimiento, el descanso de tanto trabajo, el dinero a recibir o simplemente la aventura, no sabría decir, lo cierto es que los cuatro allí presentes aceptamos 150.000 monedas a repartir por ser la escolta.

El viaje fue bien hasta llegar a la barricada protegida por los guardias, después de ahí los seres eran demasiado siniestros y bastante poderosos, pero bien organizados como estábamos fuimos haciéndoles frente.

La habilidad de Khansoze descubrió una posible emboscada justo al pasar un río que fue desbaratada al descubrir Khansoze los bandidos apostados al final del puente, acabamos con su líder que se precipitó atacándonos él solo y huyeron sus secuaces.

Ya llegando a Imperia el camino estaba cortado por un árbol, mala espina daba eso, Bero subió la loma que bordeaba el camino y acto seguido una muchedumbre de bandidos nos atacaron, fue una pelea espantosa donde Bero y Lizz fueron golpeados fuertemente pero milagrosamente pudimos con ellos. Si hubiésemos avanzado un poco mas quizás nos hubieran rodeado totalmente y otro final escrito.

Al fin llegamos a Imperia donde la guardia quiso revisar el cargamento pero el hombre que nos había contratado extendió unos documentos que al ser leídos por el guardia significaron su respeto inmediato y libertad total para acceder a la ciudad, ese mismo proceder ya lo observamos en el otro control, quizás no le di importancia pero esta segunda vez, en las mismísimas puertas de Imperia... ese tipo probablemente trabaje para alguien muy importante y su cargamento seguro era muy valioso.

En Imperia aprovechamos para gastar el dinero que nos acababa de pagar cumplidoramente el hombre. Bero se compró una tienda de campaña bien chula y una alfombra gigantesca. Es evidente que su poco manejo de ciertas habilidades le creaban un quebradero de cabeza, lo poco que ocupaba todo cuando lo compró y ahora al recogerlo abultaba mas que él mismo, la fortuna quiso que Bippi pasara por allí y le explicara cómo debe doblarse tanto la tienda como la alfombra, así que deshizo el rebujo que tenía y doblando cuidadosamente ambos objetos los guardó en su mochila.

Bero estaba muy cansado, decidió quedarse a descansar en una posada de Imperia, se despidió de los demás y a dormir, mañana será otro día.