Monasterio de la Palabra

por **DM_Munchkin** Mar Mayo 19, 2020 9:16 pm

HISTORIA

Cuenta una historia que hace mucho tiempo, cuando los elfos partieron por primera vez desde Rhodesia hacia el bosque y se asentaron en este, un huérfano de las guerras se adentró demasiado hasta perderse. Se dice que en la espesura encontró de improviso a un hombre anciano que, afable, le invitó a acompañarlo a su morada. Aunque no dijo una palabra, el pequeño supo de inmediato lo que aquel hombre le proponía, así que fue con él.

Para el joven elfo, aquel extraño lugar le recordaba a las ciudades de los humanos, pero diferente. Todo estaba tranquilo allí, no era el típico ajetreo; en realidad, no había nadie. Se sentó sobre un cojín con el anciano y bebió algo que, con el tiempo, sabría que llamaban "té".

Pasaron muchos años antes de que el huérfano perdido en el bosque fuera visto de nuevo por los suyos. Sucedió una mañana cualquiera, cuando los batidores del pueblo de Rylin Avel realizaban una de sus cacerías habituales topándose con algo que realmente les sorprendió: dónde el día anterior no había más que una pared de roca, había aparecido una gran abertura y uno de los suyos, un elfo, guardaba esta ataviado con una larga túnica, sereno ante la presencia de los batidores armados. Aunque estos últimos trataron de comunicarse con él, no obtuvieron respuesta. Dispuestos a obtenerlas se dispusieron a llevarlo hasta la Ciudad Colgante a la fuerza, sin embargo, el sereno elfo se zafó de sus captores con unos movimientos que no parecieron alterar su sosiego. Viéndose incapaces de apresarlo por la fuerza, optaron esta vez por apuntar con sus arcos y amenazar en varios idiomas al extraño elfo. Sin respuesta no tardaron en volar las flechas que, para sorpresa de los batidores, desvió agilmente con sus manos.

Según cuenta la historia, un respetado miembro del Consejo de Rylin tuvo que hacer su aparición para que el elfo se dignase a hablar, únicamente, con el consejero. Tras una corta charla, el pueblo de la Ciudad Colgante aceptó que tanto el peculiar elfo como su monasterio continuasen establecidos en su bosque, siempre que este último jamás negase el acceso a nadie cuyas intenciones fuesen pacíficas. El trato sería aceptado a condición de permitir acceder al bosque a todo el que solicitase las enseñanzas del Maestro del que, a partir de entonces, sería el "Monasterio de la Palabra".

Aún hay quién se pregunta cómo hizo aparición semejante estructura de la noche a la mañana. Algunos dicen que el Maestro original, el que adiestró al elfo, era tan ducho en el arte del desconocido "ki" que era capaz de influir en cuántos le rodeaban, hasta el punto de hacer desaparecer la entrada al monasterio de las mentes de aquellos que se acercaban demasiado. Otros aseguran que el lugar no es más que una antigua torre arcana abandonada, remodelada como monasterio, cuyos conjuros de ocultación terminaron por venirse abajo. Sea como fuere, el Monasterio de la Palabra será siempre un lugar de paz y armonía para todo aquel que la lleve consigo, y para los que no: que se cuiden de sobrepasar sus límites.

por **DM_Munchkin** Mar Mayo 19, 2020 9:18 pm

AMBIENTACIÓN

El Monasterio de la Palabra está ubicado en el Bosque de Rylin Avel, entre los acantilados de la costa noreste de Arthena. Para aquellos que logren hallar el umbral que lleva a este recóndito lugar, encontrarán una inmensa paz rota sólo por los golpes que los monjes, de todas las edades, propinan contra unos extraños postes de madera.

Centrados en el entrenamiento del cuerpo y la mente, no se preocupan por cosas como lo que está bien o lo que está mal, el único sendero que importa es aquel que lleva a alcanzar la perfección. Sin un sólo símbolo religioso en el monasterio, siguen la llamada de su interior, que les empuja a mejorarse.

Se avisa a los curiosos, que los monjes no permiten el paso portando arma alguna, aventureros magullados hasta el extremo así lo atestiguan. Y que todo aquel que lo solicite será entrenado por sus prodigiosos maestros.

JERARQUÍA

El monasterio posee una jerarquía muy básica, dividiéndose entre Maestros y Aprendices, con el Maestro de la Palabra como abad. Los primeros, aquellos que alcanzan el estado de perfección y armonía entre cuerpo y mente //"Yo, perfecto" (lvl 20 de Monje)//; y los aprendices, que van ascendiendo según obtengan una serie de cintos simples clasificados por colores; para obtener uno se debe vencer a otro cuyo cinto esté directamente por encima del tuyo.

- Blanco
- Amarillo
- Naranja
- Verde
- Azul
- Rojo
- Marrón
- Negro

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