Cynthia Silverfist

por _Raina_ Lun Mayo 04, 2020 3:33 pm

Cuenta: Raina

Nombre: Cynthia Silverfist

Sexo: Mujer

Raza: Humana (hija de semiorco y humana)

Alineamiento: Legal Buena

Deidad: Bahamut

Clase: Clériga/Monje

Descripción física:
Lo más llamativo es el color de su tono de piel, verde pálido a medio camino entre una semiorca y una humana, pero sus rasgos son completamente humanos. De ojos azul intenso heredados de su madre, no destaca fisicamente por el tamaño de su musculatura al no tener apenas sangre de sus ancestros orcos pero si que está en forma y con un cuerpo atlético gracias a su entrenamiento diario. Tiene varios piercing y un aro de plata perorando su labio inferior, así como algunos tatuajes en forma de estrella por su rostro y cuello.

Viste con ropajes cómodos para el combate y apenas lleva equipaje ni armas a la vista más que unos guantes reforzados de cuero con remaches metálicos en los nudillos.

De su cuello cuelga un amuleto de platino en forma de garras de dragón, el símbolo de su dios Bahamut.

Descripción psicológica:
Mentalmente fuerte, tuvo una infancia dura pero gracias al amor de sus padres y las enseñanzas de sus maestros, consiguió superar todo aquello sin acarrear ningún trauma actual. Es bastante paciente y si alguien la provoca cuesta hacerla enfadar gracias a su gran autocontrol.

Aún así es una mujer de acción y prefiere actuar a tiempo que evaluar demasiado las cosas y arriesgarse a perder la oportunidad. Simpática y siempre dispuesta a ayudar, no soporta las injusticias ni los actos de maldad y reacciona con contundencia a ellos, siendo de las pocas veces en las que se puede dejar llevar por la cólera.

Diario de Cynthia Silverfist:

Comienzos

No recuerdo del todo bien mi infancia, pero lo que sí que recuerdo es que fue feliz y sin demasiados problemas. Vivíamos en un pequeño pueblo bastante alejado, a las afueras de Rodhesia. Un lugar bello y tranquilo, con mucha naturaleza. Era una comunidad de granjeros formada por familias mixtas o socialmente poco aceptadas, como semiorcos con humanos, semielfos y gente que prefería una vida tranquila alejada de los prejuicios de la ciudad.

Mis padres eran una de esas parejas peculiares. Cuando mi madre se enamoró de un fornido y bondadoso leñador semiorco, su familia rechazó la unión y a ella también, por lo que se vió obligada a buscar un lugar apartado donde poder vivir en paz junto al amor de su vida. De esa unión nací yo y nunca experimenté el racismo mientras crecí y jugaba con otros niños mestizos en ese pueblo.

Cenizas

Una fatídica noche nuestro pueblo fue atacado, aún desconozco por quien pero gritaban que aquel antro de perversión y seres malvados debía ser purgado y quemado hasta los cimientos y así lo hicieron. Un grupo numeroso de hombres armados comenzaron a quemar y destrozar todo a su paso, muchos de nuestros vecinos fueron asesinados esa noche. Mi padre consiguió mantenernos a salvo dentro del sótano y por fortuna ninguno de nosotros murió. Pero esos hombres sabían que estabamos ahí y no se iban a dar por vencidos hasta sacarnos. Pasaron unos dias acampando en el pueblo reducido a cenizas y saqueando lo que podían mientras intentaban averiguar como abrir la trampilla metálica de nuestro sotano. Nosotros apenas teniamos agua o comida en el interior y no duraríamos mucho más.

Esperanza

A la mañana siguiente, escuchamos ruidos de espadas chocando unas con otras, gritos y finalmente como los asaltantes huian corriendo despavoridos. Unos minutos después mis padres y yo salimos al exterior y vimos los restos humeantes de la aldea por primera vez. Otro nuevo grupo de hombres, esta vez aparentemente pacificos había llegado a la aldea y estaba ayudando a los pocos supervivientes. Estaban liderados por un imponente semidragón plateado llamado Yrres, clérigo del dios Bahamut. Al parecer estaban de paso a unos dias de distancia y vieron el humo y las llamas en la lejanía, vinieron a ayudarnos tan pronto como pudieron.

El grupo nos ofreció trabajo y refugio a los supervivientes, y partimos hacia su campamento a unas semanas de viaje. Allí pasamos una década rehaciendo nuestras vidas y en mi caso comencé a pasar mucho tiempo con el semidragón al que admiraba por habernos salvado, él fue enseñandome el dogma de Bahamut, acogiéndome como aprendiz a pesar de no tener sangre draconida, pues eso no era importante para su dios según me enseñó, lo verdaderamente importante eran los actos de una y la pureza de su corazón.

Defensa

Al cumplir los 16, Yrres tenía que partir en una nueva misión que le llevaría a tierras lejanas, por lo que dió por concluida mi entrenamiento como sacerdotisa iniciada y con el permiso de mis padres me llevó a un monasterio oculto en un bosque cercano. Me dijo que alli podrian enseñarme a dominar mi cuerpo y mi mente, aprender nuevos estilos de lucha y terminar mi formación, debía aprender a defenderme bien si quería aventurarme en el mundo exterior y seguir sus pasos algún día.

Pasé años en aquel monasterio aprendiendo de sus maestros y ayudando en las labores de mantenimiento , que no eran pocas al estar aislado y perdido en mitad de un peligroso bosque. Un par de veces al mes mis padres venían de visita y una de esas veces me contaron que iban a mudarse a Rodhesia en el futuro con el dinero que habían ahorrado.

Futuro

Ahora que estoy escribiendo estas líneas vivo en Rodhesia cuando no estoy de viaje por los caminos, llevando la justicia y el castigo a los maleantes que plagan los alrededores. He progresado mucho en mi senda como sacerdotisa y en mi capacidad de combate. También envío una parte de mis ganancias a mis padres para que puedan prosperar en su nuevo negocio de carpinteria en la ciudad.

Pero sigo sin tener noticias de mi antiguo maestro Yrress. Me encuentro algo perdida en que pasos dar a partir de ahora y medito cada mañana para intentar encontrar una respuesta. Me ofrecí a ayudar en el templo de la Triada y me dijeron que podría unirme al cuerpo militar si me lo tomo con seriedad y mi dios también lo acepta. Pero en mi mente no termino de verme sirviendo en un cuerpo militar tan ferreo y estricto, y anoche mientras dormía tuve una especie de sueño misterioso. Desde unas monte lejano oía una voz grave y poderosa que me llamaba e incitaba a meterme en la espesa niebla que se interponía entre aquellas montañas y yo. Este sueño podría ser una señal de mi dios a la pregunta de si unirme a la orden de la Triada o no.

Creo que mi amiga Fareeha tiene razón y quizás mi destino es encontrar a alguna sierpe metálica que me acoja como aprendiz o a la que poder ayudar. Pero todavía no he encontrado rastro de ellas en todos los viajes que he realizado. Quizás en el templo o la biblioteca encuentre alguna pista al respecto.

por _Raina_ Mar Mayo 05, 2020 9:47 am

////Añado por aquí el portrait para descargar quien quiera verla dentro del juego Very Happy

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http://s000.tinyupload.com/?file_id=47080395286598264122

por _Raina_ Vie Mayo 15, 2020 12:45 am

*Cynthia se sienta a escribir en su diario en uno de sus ratos de descanso junto al fuego de su habitación*

La pequeña gran paladina glotona

He conocido a una pequeña gran mediana estos últimos días. Se llama Minnie. Cuando la encontré por primera vez estaba a punto de pelearse con un bárbaro sin muchas luces porque tiene algún tipo de complejo con su pequeño tamaño. Nos caímos bien, nos hicimos amigas y hablando más con ella me contó que tuvo una visión de su Dios y que eso la trajo a estas tierras. Se nota que es muy joven y aún tiene muchas cosas que pulir de su carácter para convertirse en una buena paladina pero tiene un gran corazón y mucho valor, cosa que parece escasear entre los habitantes de Rodhesia ultimamente.

Veo mucho potencial en ella y aunque no sé si compartimos dios o no, he decidido entrenarla y ponerla pruebas para ir corrigiendo un poco esa glotonería que le hace perder la razón y actuar a veces de manera egoísta. Parece que poco a poco va surtiendo efecto y esta empezando a entender de verdad virtudes como la Responsabilidad, el Deber, y Compartir. Todavía me quedan unas cuantas más que enseñarle pero va por el buen camino.

Me llena de ilusión que las enseñanzas que un día me transmitió mi maestro ahora pueda pasarselas a nuevos combatientes del Mal.

El dragón amatista

Hoy por fin partimos de viaje hacia la infraoscuridad como me prometió Lizz y pude conocer a la gran sierpe de amatista que mora allí abajo en las profundidades. Es realmente grande e impresionante y cuando habla parece que miles de piedras chirrian, pero lo más molesto fue su carácter maleducado y altivo, algo típico de los dragones gema por lo que pude leer en los escritos que el templo de Ohgma me proporcionó. Me insultó un par de veces por mis origenes pero logré mantener la calma e ignorarle. Bueno, me habría devorado en un segundo si le hubiera hecho frente de cualquier modo.

Me dijo que conocía la ubicación de los dragones metálicos cercanos y que me ayudaría si le traía una rara y dificíl de encontrar Piedra de hielo, para comérsela imagino. Es muy glotón y le encanta el pescado y las gemas preciosas, cuanto más raras imagino que más sabrosas. En su glotoneria me recuerda a mi amiga Minnie.

El precio a pagar por hablar con el fue perder mi querido colgante de platino con el símbolo de Bahamut que portaba desde niña, desde que me lo dió mi antiguo maestro. Tenía mucho valor sentimental pero la información era más valiosa. Tal era mi cara de tristeza cuando salimos por la pérdida que Bippi me regaló un colgante precioso de platino y diamantes que ella misma había fabricado. Me prometió que le añadiría el simbolo de mi dios al colgante a cambio de no enamorarme de ella ni de su prometida. Conozco poco al pueblo mediano, tienen una extraña y peculiar forma de pensar pero su corazón e intenciones son puras y son buenos amigos. Ese nuevo colgante será un digno sucesor del anterior y símbolo de las nuevas amistades que voy forjando en mi camino por aquí.

Mi próximo objetivo es encontrar esa gema, Lizz dijo que el Templo de la retorcida diosa Auril sería un buen sitio a investigar, pero que allí habita un poderoso semidragón blanco muy agresivo y peligroso. Lizz y Bippi se ofrecieron a ayudarme pero aún así necesitaré reunir a alguna gente más de confianza para no poner sus vidas en peligro.

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